
Corría el mes de abril de 1886 cuando a un grupo de personas a las que llamaron anarquistas tal vez se plantearon si el leitmotiv de sus vidas era ¿ solo trabajar ?, porque por esos tiempos «la sociedad» te imponía 14, 16 o más horas de trabajo, algunos bajo condiciones muy precarias.
Quizás deben haber sentido la necesidad de estar con su familia, ver crecer a su hijos, jugar con ellos, hablar con su familia y compartir la vida elaborando sueños , alimentar al espíritu leyendo un libro y cultivarse ,escuchar música, mirar las estrellas ¿pero como hacerlo? si llegaban con el cuerpo detonado de cansancio por la extensa y agotadora jornada laboral y apenas si podían ver descansar a sus hijos, dormir apurado y a las pocas horas volver a la fábrica.
Tal vez porque pensaron que estaban en la mayor democracia del mundo decidieron junto a sus familias manifestar sus necesidades y pensamientos un 1° de mayo, tal osadía les costó ser reprimidos brutalmente por la policía de los numen de la democracia y la vida y los sueños de dos trabajadores regaron con su sangre el suelo de la época…
La historia se siguió escribiendo, más alla que en 1889, la Conferencia Internacional de Trabajadores, reunida en París, fijara el 1º de mayo de cada año como el día de los trabajadores, para que sea una jornada de lucha y recuerdo de aquellos «mártires de Chicago», hoy el locro, el asado o la empanada y el placer de saber que ese día no se labura, basta para escuchar desde lo más encumbrado hasta lo más bajo culturalemente hablando «FELIZ DÍA DE LOS TRABAJADORES», como si tantas pérdidas de vidas en el pasado fuera motivo de felicidad, ¿que nos pasa?.
Estamos como entonces, nada ha cambiado para la mayoría de la clase trabajadora, aún trabajando 8,12, 16 horas no se llega a fin de mes, no hay lugar en la vida de los obreros lugar para las artes o las ciencias como sostenían los pensadores de la época, los hijos son criados por los abuelos y muchos comen en la escuela no en familia, solo hay lugar para un consumismo idiotizante que compromete nuestro tiempo, buscando un bienestar al que casi nadie llega.
Por último podría decirse que hoy es más facil gobernar con la mentira que con el miedo.
Hoy es el día después, ha cambiado todo para que nada cambie…¿ jornada de 8 horas ? Me dan ganas de llorar…